¿Tu verdad? No, la Verdad,

y ven conmigo a buscarla.

La tuya, guárdatela.

(Antonio Machado)

¿HAY TRÁFICO DE NIÑOS EN LA ARGENTINA?

Es preocupante lo que sucede. Seguramente algún Ministro del Interior o algún Jefe de Gabinete lo minimizará, o el INDEC disminuirá la cifra sobre el particular, pero la cantidad de niños desaparecidos es para preocupar, sobre todo en un país que -desde el discurso- se precia de hacer observar los derechos de la niñez.

Con Candela ya son 210 los chicos desaparecidos en la Argentina

26/08/2011
10:53 La vicepresidenta de Missing Children, Marta Canillas, pidió que se siga difundiendo en forma permanente "la foto de Candela por todos los medios porque es una información de suma importancia para su búsqueda".



Con la desapareción de Candela Rodríguez, ya son 210 los chicos de los que nada se sabe en la Argentina, según fuentes de la organización Missing Children.



La vicepresidenta de la ONG, Marta Canillas, pidió que se siga difundiendo en forma permanente "la foto de Candela por todos los medios porque es una información de suma importancia para su búsqueda".



Canillas difundió la línea gratuita 0800-3335500 para comunicar cualquier información que se tenga sobre la pequeña.



Tanto en el caso de Candela como de los demás chicos desaparecidos "es crucial que todas las comisarías sigan colaborando, pero con la mayor celeridad que se pueda a fin de facilitar la aparición de todos los chicos", precisó.



En este sentido, se refirió a casos emblemáticos como el de Sofía Herrera, "la nena de Río Grande que buscamos desde septiembre de 2008", o los hermanitos Celeste y Rubén Calvo, o Mariana Monroy, de Lanús, cuya búsqueda data de octubre de 2001.



Por su parte, Marita Iglesias, integrante de la Red Solidaria hizo un llamado a la población apelando a "quien tenga alguna información o sepa algo que pueda ayudar a encontrar a Candela, que se comunique aunque sea en forma anónima".



Dijo que hay testimonios de que "fue subida a un auto y alguien tiene que saber algo, porque no es común que se pierda o se secuestre a una nena de 11 años; es realmente muy extraño lo que ha

ocurrido".



A su vez, destacó "la importancia de que se difunda no sólo la fotografía de Candela sino la de todos los chicos del país que están desaparecidos".


EL PARAÍSO PERDIDO

Mundo 20 de Agosto de 2011
07:05

Segundo toque de queda en Estados Unidos por delincuencia juvenil
 
    Imágenes de disturbios en Kansas tomadas del canal local KCTV5.

¿Londres y Berlín son contagiosos? Primero fue Philadelphia y ahora Estados Unidos impone la veda en Kansas, en un nuevo intento por controlar la violencia juvenil. ¿Hay peligro de contagio en otras partes del mundo?

por MDZ

Según reflejan los medios periodísticos estadounidenses, en su nación no titulaban con semejante noticia desde los años 80, cuando un grupo de localidades al Sur de los EEUU tuvieron que vérselas con un virulento rebrote de grupos pandilleros. Sin embargo, en este mes dos ciudades han impuesto el toque de queda en sus calles por un aumento inusitado de episodios directamente vinculados con la delincuencia juvenil.



Periódicos digitales como Prensa Latina informaron que la medida, aprobada por el Concejo de la Ciudad de Missouri y el departamento de Policía de Kansas City, establece que todo menor de 17 años que pillen deambulante por la calle después de las 21 va a parar a la cárcel. Luego, sus padres se enfrentarán a un interrogatorio y además deberán pagar 500 dólares de multa, más allá de cómo resulten las cosas.



La gota que colmó el vaso a la comunidad y a la alcaidía de Kansas fue un reciente tiroteo entre pandillas de adolescentes y jóvenes en el que tres chicos resultaron heridos de consideración. Sociólogos y organizaciones no gubernamentales alertaron además de la escalada de un nuevo método de vandalismo llamado "flash-mob" que podría traducirse como "pandillas instantáneas" donde decenas de chicos se ponen de acuerdo para concurrir a un sitio determinado al mismo tiempo a través de medios electrónicos.



La metodología ya fue comprobada durante los disturbios en Reino Unido por las autoridades de aquel país. Chequeando teléfonos celulares y sitios en redes sociales de los arrestados y previo a ello investigando en Internet, descubrieron que hacían quedadas en determinados lugares para saquear y destruir. Durante la temporada estival, grandes grupos de jóvenes irrumpieron y robaron tiendas, farmacias y gasolineras en Minneapolis, Chicago, Cleveland, New York y Washington, entre otras ciudades.



El caso más sonado de "flash-mob" fue ampliamente cubierto desde Maryland por las cadenas CBS News y CNN y la local KCTV5. En las filmaciones se puede ver cómo más de 20 chicos entran a una tienda de bebidas y en menos de un minuto arrean con cervezas, cigarrillos y golosinas. Las autoridades de distintas partes del mundo donde están ocurriendo más a menudo las "flash-mob" están muy preocupadas porque estas movidas son muy difíciles de detectar hasta que los perjudicados las tienen encima.



Tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, la opinión pública y las autoridades muestras señales de honda preocupación porque el fenómeno que comenzó como un chiste de adolescentes se transforme en algo mucho más serio y peligroso. Así como los adolescentes se sirvieron de móviles y redes sociales en Internet para quedar en vandalizar lugares, los gobiernos están temiendo que a través de los mismos medios y del periodismo televisivo global, adolescentes de otros puntos del planeta decidan copiar esta clase de vandalismo tan difícill de prever y combatir.



Fuente: Prensa Latina / Kansas Leadership Center / KCTV5



HAMBRE EN SOMALÍA: PADRES DEBEN DECIDIR A QUÉ HIJOS SALVAN



Las familias que huyen a pie de la sequía se suelen topar con encrucijadas increíblemente crueles.

16/08/2011 11:02 , por Redacción LAVOZ


..Wardo Mohamud Yusuf caminó durante dos semanas con su hija de un año a la espalda. De la mano, llevaba a su hijo de cuatro años, mientras escapaba de la sequía y la hambruna en Somalia.



Cuando el niño desfalleció, cerca del final del recorrido, la mujer le echó en la cabeza algo de la poca agua que le quedaba para reanimarlo. Pero el menor estaba inconsciente y no podía beber.



La mujer de 29 años pidió ayuda a otras familias que seguían el mismo camino, pero ninguna se detuvo. Todos iban preocupados por su propia supervivencia.



Entonces, la madre tuvo que tomar una decisión que nadie querría tener que enfrentar jamás. "Finalmente, decidí dejarlo atrás, en el camino y al amparo de Dios", dijo Yusuf días después, durante una entrevista en un campamento de refugiados en Dadaab, Kenia. "Estoy segura de que él está vivo, me lo dice el corazón".



Encrucijadas. Los padres que huyen a pie de la hambruna —a veces hasta con siete niños— se suelen topar con encrucijadas increíblemente crueles: ¿Qué niños tienen las mejores probabilidades de seguir con vida cuando la comida y el agua se agoten? ¿A quienes es mejor abandonar?



"Nunca había enfrentado ese dilema en mi vida", dijo Yusuf a The Associated Press. "Ahora vuelvo a experimentar el dolor de abandonar a mi hijo. Me despierto por las noches y pienso en él. Me siento aterrorizada cuando veo a un niño de su edad".



El doctor John Kivelenge, experto en salud mental del Comité Internacional de Rescate en Dadaab, enfatiza en las penurias extremas por las que pasan las madres y los padres somalíes.



"Es una reacción normal a una situación anormal. Ellos no pueden sentarse a esperar la muerte juntos", explicó. "Pero después de un mes, sufrirán un desorden por estrés postraumático, lo que significa que tendrán recuerdos y pesadillas".



"La imagen de los niños a quienes abandonaron volverá a ellos y los acosará", agregó. "Además, dormirán mal y tendrán problemas sociales".



Hambruna en Somalía. Estados Unidos calcula que más de 29.000 niños somalíes de menos de cinco años han perecido por el hambre en los últimos tres meses. Un número desconocido de menores, demasiado débiles para seguir caminando, han sido vistos abandonados en el camino polvoriento, después de que se agotó el agua y los alimentos.



Faduma Sakow Abdullahi, viuda de 29 años, intentó viajar a Dadaab con su bebé y con otros niños, de cinco, cuatro, tres y dos años. Un día antes de llegar al campamento de refugiados, su hija de cuatro años y su hijo de cinco no se despertaron, tras un breve descanso.



Abdullahi relató que no quiso "desperdiciar" la poca agua que tenía en un envase de cinco litros para darla a los niños moribundos, pues los otros la necesitaban.



Tampoco quiso esperar demasiado tiempo, pues corría el riesgo de que sus otros hijos comenzaran también a morir. Así, se puso de pie y se alejó algunos pasos. Luego regresó, con la esperanza de que los niños estuvieran vivos.



Después de ir y volver varias veces, decidió al fin dejar a los dos menores a la sombra de un árbol, sin saber si podrían salvarse.



Pedido de ayuda inmediata. Más de 12 millones de personas en África Oriental necesitan ayuda alimentaria ante la severa sequía. Naciones Unidas considera que 2,8 millones de esas personas necesitan ayuda inmediata para salvar la vida, incluidas más de 450.000 en las zonas más azotadas por la hambruna en Somalia.



Ahmed Jafar Nur, de 50 años y padre de siete niños y adolescentes, viajaba con su hijo de 14 años y con su hija de 13 hacia Kenia. Pero después de apenas dos días de caminata se quedaron sin agua. Para el tercer día, los adolescentes sólo podían sentarse debajo de un árbol, sedientos, hambrientos y agotados.



"Los dos niños no podían ya caminar. Entonces, en vez de dejar que todos muriéramos ahí, me vi obligado a abandonarlos a su suerte, especialmente después de que pensé en mis otros cinco hijos y en su madre, a quienes dejé en casa. Me dije: 'salva tu vida por el bien de los otros cinco. Estos dos quedarán con Dios''', relató.



"Fue lo peor que he experimentado en mi vida. Fue una experiencia devastadora abandonar a mis hijos, que eran parte de mí mismo", dijo. "Durante casi tres meses, no he tenido estabilidad mental. Sus imágenes se aparecen frente a mí".



Milagrosamente, los dos adolescentes fueron salvados por nómadas, y de algún modo volvieron con su madre en Somalia. Pero Nur dice que no tiene recursos para traer al resto de su familia a Kenia.



"Yo era un campesino sin educación que me pueda ayudar ahora a obtener un empleo. Dependemos de limosnas", dijo. "No dejo de pensar en ellos. ¿Morirán todos, incluida su madre, o sobrevivirán? Eso es lo que siempre me pregunto".



Vidas en riesgo. Cuando el hijo de tres años de Faqid Nur Elmi murió de hambre y sed en el camino desde Somalía, su madre sólo pudo cubrir su cadáver con ramas secas, a manera de tumba. No pudo detenerse a llorar. Tenía otros cinco hijos en quienes pensar.



"¿De dónde iba a sacar las fuerzas para cavarle una tumba?", preguntó. "Sólo pensaba en cómo podía salvar a los demás niños. El mismo Dios que me lo dio se lo había llevado. Así que no me preocupé mucho por el hijo muerto. Las vidas de otros estaban en riesgo".

PAÍSES QUE NO HAN RATIFICADO LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO




SOMALÍA... Y ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA









MÁS DE 29.000 NIÑOS MUERTOS EN SOMALÍA POR LA HAMBRUNA EN LOS ÚLTIMOS TRES MESES



LA REALIDAD DE SOMALÍA Y SUS NIÑOS HOY, A CAUSA DE LA SEQUÍA ... ¿PERMITE ANTICIPAR LA DE LOS NIÑOS EN ESTADOS UNIDOS Y OTROS PAÍSES EN RECESIÓN MAÑANA?


En Somalia, los portavoces de la infamia comienzan a escasear. Tras más de dos décadas de guerra civil y con la situación de hambruna ya declarada en cinco de sus provincias, el país africano se enfrenta a una catástrofe demográfica sin precedentes. Según estimaciones del centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., más de 29.000 niños menores de cinco años han muerto en los últimos noventa días. De igual modo, desde enero, al menos 300.000 personas han abandonado el país huyendo de la sequía y los enfrentamientos armados.




Una tragedia humana de la que Osman Hidri es parte involuntaria. «Varios de mis hijos están enfermos (uno de ellos sufre poliomielitis) y apenas tenemos comida. Desde hace meses no sé dónde está mi marido», asegura a ABC la joven, quien a finales del pasado año llegó al campo de refugiados de Dadaab, en la frontera entre Kenia y Somalia.



El caso de Hidri no es una excepción. Como denuncia el coordinador de emergencias de Unicef en Dadaab, Ibrahim Conteh, «el 80 por ciento de los 1.300 somalíes que cada día llaman a las puertas de este campo de refugiados son mujeres y niños». De igual modo, el trabajador humanitario asegura que «casi la mitad de los menores que llegan desde el sur de Somalia están desnutridos, mientras que las informaciones sobre la muerte de jóvenes en el camino o nada más llegar a los campos son especialmente frecuentes».



Para paliar esta situación, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, exigió ayer a los brigadas islamistas de Al Shabab (quienes controlan el 70% de las zonas declaradas en hambruna) que permitan la entrada de ayuda alimentaria a estas regiones. «Es especialmente trágico que durante el mes sagrado del Ramadán, Al Shabab esté evitando la ayuda a las poblaciones más vulnerables de Somalia», aseguró la diplomática estadounidense, quien acusó a las milicias de bloquear deliberadamente los suministros de urgencia a cerca de 3,7 millones de personas.



Sin embargo, el enemigo no es tan solo el islamismo radical. Ayer, al menos diez personas fallecieron y quince resultaron heridas en el campo de refugiados somalí de Badbaado después de que tropas gubernamentales abrieran fuego contra la población civil, en su intento de frenar un conato de rebelión durante la distribución de comida.