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(Antonio Machado)

ENTREVISTA RECIENTE AL AUTOR, DIARIO "LA VOZ DEL INTERIOR", CÓRDOBA



"La ley penal golpea a los jóvenes de la indigencia"

El magistrado cordobés dijo que el régimen penal juvenil con media sanción del Senado es muy benévolo. Y aseguró que, si se hace ley, en poco tiempo se querrá bajar más la edad de imputabilidad y agravar las penas.

31/01/2011 Laura Leonelli Morey

José González del Solar es el juez de Menores en lo Correccional con más antigüedad en Córdoba, y aseguró que el debate a nivel nacional sobre la conveniencia de bajar o no la edad de imputabilidad es engañoso. Además, dijo que, cuando un joven pudiente ingresa al sistema, hay “jugarretas” y los jueces sufren presiones.

–¿Qué opina del régimen penal juvenil con media sanción del Senado?

–Esto requiere una aclaración previa, el contexto explica por qué estamos ante una falsa opción. Están quienes piensan que la ley penal es una herramienta casi principal para hacer frente al conflicto y proponen una ley penal máxima, como el movimiento de Blumberg. Y están los que sostienen que la ley penal es una herramienta insignificante para superar el conflicto social y proponen una ley penal mínima. Es engañosa la opción porque si bien la sociedad debe tener mecanismos de defensa frente al delito, no hay seguridad que se sostenga sin justicia social.

–¿Por qué habla de una falsa opción?

–Porque el discurso dominante de hoy engaña a la población. Se hace creer a quienes reclaman una ley penal máxima que un proyecto como el que hoy tiene media sanción (que baja la edad de imputabilidad a 14 años) responde a su pretensión de mayor castigo. Y se oculta que este proyecto y otros son de un derecho penal mínimo.

–¿Lo dice porque baja la edad de imputabilidad, pero la pena máxima es de tres años para jóvenes de 14 y 15 años y de cinco años para los de 16 y 17?

–El problema es adónde va a conducir todo esto. Los topes que dan son preocupantes.

–¿Adónde?

–Supongamos que se haga ley el proyecto, que es una ley penal simbólica ¿Qué va a pasar? Ante el primer homicidio que cometa un menor de 18 años, y con mayor razón si tiene menos de 14 años, se va reinstalar el debate sobre el agravamiento de las penas y sobre la reducción de la edad de imputabilidad porque la pena no puede pasar de tres años.

–¿Qué habría que hacer?

–Mejorar lo que tenemos. La ley que tenemos parte de la concepción que el niño menor de 18 años es un educando, quien debe ser educado y corregido. Y sólo si resiste la corrección, recién entonces imponerle una sanción penal. Se puede discutir en este marco la edad de imputabilidad, pero debe haber como telón de fondo una ley penal en serio porque eso también es lo que invita al joven a someterse a la corrección. Nosotros tenemos muy pocas condenas en Córdoba porque tenemos un buen régimen de corrección.

–¿Qué sería “corrección”?

–Las medidas correctivas son medidas educativas que tienden a fomentar en el joven un cambio en sus actitudes y hábitos de vida.

–¿Qué pasa hoy si el régimen de corrección fracasa?

–Se puede poner la condena que la ley penal prevé. Lo único que se discute es que, de acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, no se podría imponer penas perpetuas.

–¿Es habitual hoy que un juez de Menores imponga penas de más de tres años?

–Sí, ocho años por ejemplo. De todas formas, me duele hablar sólo de esto porque sigo pensando que la herramienta más eficaz es la justicia social. Y no nos engañemos, ¿a quiénes golpea la ley penal? A los jóvenes que principalmente vienen de la indigencia.

–Deberían llamarse jueces de Menores Indigentes...

–Sí, es duro decirlo porque no quiero absolutizar, además en eso tratamos de hacer equilibrios pero cuesta. Porque entra un chico y a veces tiene abogado, pero cuando es un joven de un hogar pudiente, hay que ver la movilización, la presión que se ejerce. No hay términos parejos.

–¿Y pueden emparejar?

–Lo hacemos, lo que ocurre es que hay jugarretas, que escapan de nuestro dominio. Por ejemplo, cuánto demora una planilla prontuarial, en esto a veces hay “milagros”. Por lo general, la recuperación de la libertad depende de si hay antecedentes. Sin entrar en la confrontación, lo que quiero decir es que debemos ser mucho más sensibles a la realidad de nuestros jóvenes.

El juez aseguró que es “muy importante la implementación de regímenes de aprendizaje laboral” para un sistema exitoso.

-¿Están funcionando bien?

–Sí, en términos generales. Se generó un problema porque si un chico cometía un delito, tenía acceso a esos programas. Pero si no los cometía, y estaba yendo a la escuela a pesar de su pobreza, no tenía acceso a esos programas. Entonces, se abrió el centro Lelikelen para esos chicos. Es importante.

–¿Los legisladores nacionales de Córdoba consultan a los jueces de Menores?

–No. Hemos sido convidados de piedra siempre.

–¿Por qué le preocupan los posibles cambios del régimen?

–En el proyecto que tiene media sanción se le ofrece al menor la posibilidad de entrar en un régimen de prueba en el que se le aplica medidas de educación. Pero se le ofrece la posibilidad. Un joven no va a aceptar un régimen de prueba por un año o más si su abogado le dice: “Mirá, el régimen penal es de pacotilla, vamos a juicio, te aplican una pena condicional o un arresto de fin de semana o un trabajo para la comunidad y se terminó, no vas a estar uno, dos, tres años prendidos a estos jueces que son unos pesados”. Nos tienen como pesados porque el trabajo de corrección exige presencia y vigilancia.