¿Tu verdad? No, la Verdad,

y ven conmigo a buscarla.

La tuya, guárdatela.

(Antonio Machado)

UN PASO EN FALSO




El Congreso nacional acaba de sancionar una modificación al Código Civil argentino, que admite que el matrimonio civil se celebre entre personas del mismo sexo, y lo ha hecho a espaldas del pueblo, envuelto en una muy fuerte controversia que involucra convicciones básicas y afecta profundas raíces religiosas, históricas y sociales de la nacionalidad.

No es nuestro deseo, aquí y ahora, abrir juicio sobre el contenido de esa modificación, promulgada y publicada como ley 26.618, que ya hace violencia sobre las conciencias y las vidas en los hogares argentinos.


Tampoco hacerlo sobre quienes han asumido tamaña responsabilidad sin prestar oídos al verdadero clamor público, sobre todo quienes con su adhesión han traicionado la confianza que vastos sectores de la población les habían dispensado con su voto.


Sí queremos anticipar nuestra profunda inquietud ante la posibilidad de que muy pronto, en simpatía con la corriente ideológica que suscita lo insensato en nuestra legislación, el Estado inmole a niños huérfanos o desamparados entregándolos en "adopción" a estos nuevos "matrimoniados".


Remitimos a cuanto decimos en nuestro libro "Derecho de la Minoridad. Protección jurídica de la niñez" sobre el benemérito instituto jurídico de la adopción y, cuando tibias voces se alzan poniendo en duda su conveniencia cuando de "adoptantes" homosexuales se trata, queremos ir más allá y, con convicción y valentía, proclamar desde nuestro modesto lugar el más categórico rechazo a lo que de suyo estaría deslegitimado.




Cabe esperar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a su tiempo, haga suyas las razones que abonan esa ilegitimidad, por demás evidentes, y declaren la insconstitucionalidad correspondiente.